“La
preposición puede representar la realidad entera”1
En
este ensayo quiero presentar brevemente el pensamiento del filósofo
austríaco-británico L. Wittgenstein (1889-1951) a ojos de Moritz
Schlick (1882-1936). Después de esto, invito a una reflexión acerca
de si realmente la realidad está estructurada lógicamente o si
somos nosotros, los hombres que conocemos, quienes la estructuramos
así. A raíz de esto, me gustaría hacer ver al lector que quizá
considerar que debemos dejar de filosofar acerca de “lo que no se
puede hablar” es un paso demasiado atrevido, que aceptarlo puede
tener graves consecuencias.
L.
Wittgenstein cree que “el planteamiento de estos problemas [los
problemas filosóficos] descansa en la incomprensión de la lógica
de nuestro lenguaje”2.
De este modo, comprendiendo la lógica de nuestro lenguaje, deberían
solucionarse los problemas filosóficos. Con esta tesis, Wittgenstein
traslada los tradicionales problemas ontológicos de la filosofía al
plano epistemológico. Los problemas de la filosofía dejan de estar
en el mundo, donde todo ya está ordenado. Y la tarea del filósofo
frente a la realidad pasa a ser aprender a leerla bien.
![]() |
Moritz Schlick (1882-1936) |
Moritz
Schlick, a raíz de los textos de Wittgenstein, considera que la
filosofía ha dado un giro definitivo porque lee3
en el “Tractatus” que los problemas filosóficos son meros
problemas del lenguaje. Entonces, según él, una vez esclarecido el
problema con las palabras ya no podrá haber problema sin solución.
Schlick dice que “no hay preguntas que en principio sean
incontestables, ni problemas que en principio sean insolubles. Lo que
hasta ahora se ha considerado así no son interrogantes auténticos,
sino series de palabras sin sentido”4.
Antes
de avanzar en este tema, es preciso que advirtamos una cosa que
Schlick da por supuesta: que la realidad a nivel ontológico está
ordenada lógicamente, y que este orden es tal cual lo pensamos
cuando lo pensamos correctamente. Schlick defiende que “todo
conocimiento lo es solo por virtud de su forma (...) solo ella [la
forma] es importante para el conocimiento. Todo lo demás es
material, inesencial y accidental de la expresión”5.
Que
el pensamiento es estrictamente formal es una tesis que acompaña
prácticamente toda la teoría del conocimiento y que no me atrevo a
discutir. Tampoco me atrevo a discutir que haya alguna diferencia
entre la forma que posee el conocimiento y la forma de lo real cuando
lo real es conocido. Lo que sí que me atrevo a poner en duda es que
no haya diferencia entre la realidad tomada en su totalidad y la
forma que posee el
conocimiento. ¿No es demasiado presuntuoso decir que
no hay realidad más allá de lo que se puede formalizar lógicamente?
¿No es demasiado presuntuoso tratar lo material como algo fuera de
la realidad, inexistente?
Lo
siento, pero la filosofía de Schlick no me parece más que una
reacción ante el espanto que produce advertir lo inmensa que es la
realidad. Todos hemos pasado alguna vez al
lado de un mendigo y hemos evitado mirarle a los ojos. Todos
hemos pensado alguna vez en solucionar el mundo, y tiempo después
nos hemos dado cuenta de que es demasiado grande y de que nosotros
somos demasiado pequeños. Pero esta no es razón suficiente como
para considerar inexistentes las tierras de más allá de la frontera
de nuestro país. Ignorando al mendigo no solucionamos su problema.
Bien es verdad que lo evitamos, pero él sigue estando ahí.
![]() |
L. Wittgenstein (1947) |
Me
parece bien que se proponga no considerar dentro de un sistema lógico
lo que no entra dentro del sistema. Pero no se puede tachar de
inexistente lo que no entra
dentro de este sistema. Es importante ver que no es lo mismo. Se
puede no considerar algo si se tiene en cuenta que se está ante un
sistema, una porción, una parte de la realidad. Pero considerar la
parte por el todo es un salto que no creo que debamos hacer hasta
haber comprobado que el todo está en la parte.
Juan
Arana, en su última publicación sobre filosofía de la naturaleza6,
explica que “unas veces la ordenación es transparente y otras
permanece escondida”. Y para ilustrar en este punto pone el
siguiente ejemplo: la siguiente secuencia de números:
1-4-1-5-9-2-6-5-3-5-8-9-7-9-3... parece no responder a ningún tipo
de orden, a ninguna forma lógica. Sin embargo, no se trata de una
secuencia caótica sino que se trata ni más ni menos que de los
decimales que corresponden al número pi.
¿Y
si hubiésemos tachado de irreal esta secuencia por no haber
advertido su orden? Nadie se volvería jamás a preocupar por ella.
Quedaría escondida debajo de un sistema que dice leerlo todo. Y
nadie, nunca jamás,
volvería a preocuparse por la “secuencia irreal”, porque ¿para
qué buscar la forma a algo que no la tiene?
En mi
opinión, la aportación que hace Wittgenstein a la filosofía es muy
grande. Y no niego que sus
pensamientos sean definitivos en el ámbito de la lógica y
del lenguaje. Pero siempre hay otras lenguas, siempre hay otras
formas de decir las cosas7.
Siempre podemos encontrar otra lógica y otro lenguaje.
Y
comparto la opinión de Wittgenstein al considerar la filosofía como
una actividad de aclararse y no una doctrina. Pero me niego
rotundamente a aceptar que el sistema para leer el mundo ya
sea definitivo. Porque presuponer que la realidad es orden lógico,
como hace Schlick, me parece reducir el problema de una forma
bastante cobarde.
Dicho
esto, considero que dar la razón a Schlick puede suponer entrar en
un callejón sin salida, en donde se puede lograr definir a la
perfección todo un mundo pagando el haber sacrificado parte
de la realidad. Justamente aquella realidad que para el filósofo de
verdad supone un problema.
____________________
1 - L.
Wittgenstein, Tractatus lógico-philosophicus (1921-1922),
prólogo. Trad. cast: I. Reguera y J. Muñoz.
2 - L.
Wittgenstein, Tractatus lógico-philosophicus (1921-1922),
prólogo. Trad. cast: I. Reguera y J. Muñoz.
3 - Con
“lee” me refiero a que interpreta. La interpretación de Schlick
no tiene por qué ser realmente a lo que se refería Wittgenstein
con su texto. De hecho, es preciso destacar que a raíz del mismo
texto surge una corriente, la Tradición Británica, que se opone a
las tesis de Schlick.
4 - M.
Schlick, El viraje de la filosofía, primer
número del volumen I de la revista Erkenntnis, 1930/31.
5 - M.
Schlick, El viraje de la filosofía, primer
número del volumen I de la revista Erkenntnis, 1930/31.
6 - Juan
Arana, Los sótanos del universo, cap.
2, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2012.
7 - Véase
por ejemplo el desarrollo de las distintas geometrías no
euclidianas. También son sistemas que sirven para describir el
mundo físico, y describen el mismo mundo de distintas formas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario